Proyectos

Instalación
Nasca y Lurín (Perú)
2013/2014

Ofrenda Celeste

 

Ofrenda Celeste es un proyecto de instalación realizado por Sixe Paredes junto con el artista peruano Valentino Sibadon, más conocido como Radio, en el desierto de Nasca y en Lurín.

Juego de misticismo cósmico e interacción con el Todo, Ofrenda Celeste se construye como un proceso de apropiación de símbolos y arquetipos relacionados con el concepto de la Energía. Creando acumuladores de energía en la vastedad telúrica del vacío, y utilizando materiales primigenios como madera, pintura y cuerda, los artistas realizaron diferentes piezas escultóricas, por medio de las cuales representan una propia cosmovisión ancestral.

Dando cuenta de las identidades de las culturas prehispánicas del Perú, y de otras grandes civilizaciones del mundo antiguo, Sixe Paredes vincula a este trabajo ídolos totémicos y algunos objetos rituales, símbolos mágicos y religiosos, frecuentemente utilizados por chamanes y personajes de alto rango, como los cetros de poder o los bastones de mando; en este proceso el artista involucra también la idea del Albor de la Vida, otro tema elaborado a lo largo de la historia del ser humano en múltiples variaciones culturales, utilizado tanto en la ciencia y la filosofía como en la mitología y las religiones con el fin de ilustrar la esencia de la vida en la Tierra.

Sin embargo, no es un caso que éstas piezas se sitúen en relación de la red crística, o sea puntos energéticos de la Tierra, lugares que, según la tradición, contribuyen en sintonizar nuestras percepciones sensoriales y nuestro bienestar físico y emocional, capacitándonos y preparándonos en nuestro proceso de trascendencia.

El artista peruano Radio, por su parte, interviene en este proceso produciendo piezas visualmente minimalistas, que contienen múltiples capas de información encriptada, donde la abstracción, el simbolismo, así como la interpretación de energías sutiles y la “búsqueda de lo divino” se confirman como una constante en su trabajo. En Ofrenda Celeste recobra una peculiar importancia el tema de la Geometría Sagrada, por la cual, el artista sugiere: “la geometría es el reflejo de la matriz divina que modula la forma de toda la naturaleza”. El artista recorre frecuentemente la figura del triángulo, universalmente asociada al numero 3 y a la “divinidad”, para evolucionarla a otra entidad geométrica fundamental, la pirámide, figura primigenia en el mundo de los volúmenes de tercera dimensión.

Estas acciones tuvieron lugar entre el 2013 y el 2014. La primera incursión se realizó en el desierto de Nasca, a unos kilómetros del Centro Ceremonial de Cahuachi, lugar emblemático, ocupado entre el 110 aC – 400 dC, en el que se desarrolló la Cultura Nasca. La segunda instalación fue en Lurín, cerca del gran Templo de Pachacamac, ubicado en el margen derecho del rio Lurín, principal santuario de la costa central durante más de mil años, y frecuentados, según se cuenta, por los creadores de las Líneas de Nasca.

 
 
 
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