Exposición individual
Centro Cultural de España en Lima
Lima (Perú)
23.02.2017 – 16.04.2017

“Antes, Después, Ahora”

Desde el 23 de febrero hasta el 15 de abril del 2017 el Centro Cultural de España en Lima acogió la exposición individual de Sixe Paredes titulada “ANTES, DESPUÉS, AHORA”, organizada por la galería Morbo (Lima) y presentada anteriormente en el emblemático Museo del Qorikancha (Cusco).

Tapices, quipus y cerámicas creados en un proceso que abarca Perú y Barcelona conformaron esta muestra, revalidando una vez más el arte milenario peruano, tendiendo un puente entre dos mundos con lo tradicional y lo contemporáneo, reinventando así la idea de reconexión ancestral.

Parte también de la exposición fueron los murales “Abstracción numérica” y “Quipu abstracción” que Sixe pintó en la fachada frontal y lateral del CCE.

 

‘En el año 2011 tuve la oportunidad de viajar a Lima, Perú, para participar en una muestra artística con el colectivo “Equipo Plástico” del que formo parte, en el Centro Cultural de España en Lima, y quedé totalmente fascinado por este país y toda su idiosincrasia. Una nueva dimensión se abrió en mi mente: pude ver un nuevo mundo y una nueva manera de entender la vida. Este viaje marca un antes y un después en mi trabajo, y más en mi vida.

Como no podía ser de otra manera volví, y visité el país a lo largo de los años siguientes, viviendo durante un tiempo entre Lima y Barcelona. En estos múltiples viajes, pude conocer muchas regiones del país y aprender su cultura. Llevado poco después por mi afición por el Mundo Antiguo y sus misterios a investigar más profundamente, pude documentarme y ver sobre el terreno la gran cantidad de culturas y civilizaciones que existieron por todo el país y el gran legado que dejaron. Visité muchos de los grandes Museos de Lima, Nasca, Cuzco… admirando infinidad de piezas tanto en metal, textil, como cerámica, algunas de ellas verdaderas obras de arte. También visité sitios arqueológicos y lugares míticos como Machu Picchu, Pachacamac, Sacsayhuamán, Cahuachi, las Líneas de Nasca, Lago Titicaca y Tiahuanaco. En muchos de ellos pude sentir esa energía de la que tanto había leído y escuchado hablar: en esos lugares imaginaba todo lo que había ocurrido allí, sus piedras hablaban de un pasado que se perdía en la noche de los tiempos.

Todo esto se transformó en una gran influencia para mí y mi trabajo. Empecé a crear nuevas series inspiradas en todo ese mundo nuevo, a investigar nuevos materiales y técnicas, algunas tan primigenias como la cerámica y los textiles.

Realicé varias exposiciones bajo este influjo a partir del año 2011 hasta la actualidad, en diferentes países, con los títulos: “Nuevo Mundo” en Bélgica, “Cosmovisión Andina” en España, “Futurismo Ancestral” en Inglaterra, “Danza Ritual” en Francia y esta muestra “Antes, Después, Ahora” que presento actualmente en Perú, en Cusco, en el Museo Qorikancha – Convento de Santo Domingo, y en Lima en el Centro Cultural de España.

La presente exposición consta de una selección de piezas realizadas en los últimos años; algunas han sido expuestas con anterioridad en diferentes países, otras, realizadas recientemente durante mi nueva estancia en Perú. Esta muestra la conforman obras de diferentes técnicas artísticas, como trabajos pictóricos en papel, telares, quipus (que expuse en Londres), nuevas cerámicas, instalación y máscaras.

En los trabajos en papel se muestra una serie pictórica que habla de la transmutación del figurativo abstracto a la abstracción total, a través de una explosión de colores, líneas y formas geométricas que se funden en diferentes dimensiones para transportarnos a nuevos universos.

La serie de tapices ha sido producida entre Perú (San Pedro de Cajas) y Barcelona, a partir de diseños geométricos propios, pero inspirados tanto en la simbología de diferentes culturas del mundo andino como en la “wipala”, la bandera cuadrangular con los siete colores del arco iris que representa el reflejo cósmico de la organización del sistema comunitario y armónico de los Qhishwa- Aymara.

En Perú viajé a San Pedro de Cajas, capital de la Artesanía Textil, siendo el tapiz el principal producto de la zona. Tejido plano y tejido a mano, el tapiz representa así todo un arte con lana de oveja y fibra de alpaca. Sus diseños plasman conocimientos técnicos de una cultura ancestral que va desde lo figurativo (con diseños de rostros, paisajes de antiguas tradiciones, costumbres y vivencias) hasta lo abstracto. Allí trabajé con el maestro Luis Nesquin Pucuhuaranga Espinoza, un artista con una gran tradición en el mundo del tapiz. Su especialidad es el hiperrealismo, aunque domina muchas técnicas textiles. Realicé con él diferentes piezas, con tramas de los dos símbolos más repetidos por la Madre Naturaleza: los puntos y las líneas, elementos plasmados desde hace años en muchos de mis trabajos.

En la segunda etapa del proceso, ya en Barcelona, desarrollé el reverso de los tapices hechos en San Pedro de Cajas, a modo de ensamblaje acumulativo. En las composiciones usé diferentes materiales: lana de oveja teñida a mano con pigmentos naturales, cuerdas de algodón de diferentes grosores y colores, y listones de madera pintados con diferentes motivos, creando de este modo diferentes texturas y profundidades, las cuales contrastan con su anverso más simbólico.

En cuanto a los quipus, fue hace años que los descubrí, quedando fascinado por su gran belleza y por su significado. Los quipus, conocidos sobre todo por su utilidad para la administración en el imperio Inca, se usaban para gestiones económicas y sociales. El “quipucamayoc” era el especialista que elaboraba, leía y archivaba los quipus, estaba dotado de una memoria prodigiosa y reunía datos de localización, demográficos y económicos de las poblaciones de la comunidad. Los quipus eran hechos de cadenas de lana de llama, alpaca o de algodón. La posición de los nudos, así como la cantidad, indicaba los valores numéricos en un sistema decimal. Los colores de la médula, a su vez, indicaba el artículo contado, y para cada actividad (ya fuera agricultura, militar, ingeniería, etc.) hubo una simbología de los colores. La mayoría de la información sobre los quipus es numérica, aunque, sin duda alguna, puedan considerarse asimismo un modo de escritura.

En esta serie de quipus realizados en Barcelona, he querido reflejar la belleza de este gran objeto de escritura, bajo una visión contemporánea, revalidando, una vez más, un elemento de las grandes culturas originarias de los Andes. En su proceso he utilizado los anudados de los “quipucamayoc” y he incorporado diferentes técnicas como el deshilachado de cuerdas y el elemento de la soga, como referencia a la danza de la soga de la cultura Mochica. Otro elemento son las cuentas de madera, que representan un sistema numérico en el que intervienen diferentes colores, formas y símbolos lineales. Todo el quipu se sostiene en una barra de sujeción. Esto no era habitual en los quipus originales, pero en algunas ocasiones se han encontrado quipus suspendidos en una barra de madera, y por esta razón utilicé este recurso para mis piezas.

Por lo que concierne a la serie de cerámicas, ésta fue realizada en Nasca, Perú, lugar conocido mundialmente por las “Líneas de Nasca”. Infinidad de formas y dibujos que se extienden en miles de kilómetros por toda la pampa, en 1994 fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Mal llamadas líneas, éstas eran, sin duda alguna, caminos sagrados, según afirman estudiosos de la Unidad Académica de la Universidad de Nasca que investigan y defienden el patrimonio cultural de Perú.

La cultura Nasca, conocida mundialmente por sus gigantescos geoglifos, también es muy célebre por la belleza de sus cerámicas, caracterizadas por un estilo muy distintivo y rico en colores. Sus vasijas fueron elaboradas con finísima arcilla y pulidas con esmero, insuperables en su colorido, gracias a los numerosos y bellísimos pigmentos extraídos de diferentes minerales que se encontraban en la zona, y que los nascas empleaban en sus cerámicas. Se dice que esta cerámica es de las más pictóricas del Perú. Desde mi visión, la cultura Nasca es una de las culturas más maravillosas de todo el Perú, junto con la cultura Mochica.

En Nasca, trabajé en el Taller de Cerámica de la Familia Gallegos con el maestro Zenón Gallegos, hijo del gran Zenón Gallegos Ramirez, quien fue, a partir de 1968, uno de los precursores del renacer de la técnica ceramista de los Nasca. Gracias a él pude investigar y aprender una técnica casi extinta que la familia Gallegos había recuperado. Es de agradecer la gran tradición ceramista de esta familia, que durante generaciones está manteniendo viva la técnica milenaria de sus ancestros.

Trabajé con la forma original que es el cántaro ovular con asa puente, y sobre un plato de arcilla a modo de torno (en muchas regiones del Perú se trabaja sin torno). Para realizar estas cerámicas, me inspiré en la idea de los seres alados de muchas culturas del mundo antiguo y bajo este concepto utilicé uno de los personajes más iconográficos de mi trabajo, los pájaros. Buscando dar una nueva visión contemporánea que respetara sus formas primigenias, sinteticé estos conceptos en un sólo elemento, representado por los picos, los cuales evocan la idea de lo celeste, así como también las líneas de Nasca. Al finalizar el proceso con la horneada, ofrendé una de las cerámicas al gran Cerro Blanco, montaña sagrada de la cultura Nasca, y duna más grande del mundo, en la que desde hace más de mil quinientos años se hacen ofrendas de cerámicas. Esta ofrenda fue dirigida por Iván Gallegos, un maestro en diferentes disciplinas de la cultura andina.

Además, durante mis últimos viajes a tierras peruanas estuve realizando también un proyecto de instalación en varias regiones del país. Bajo el título “Ofrenda Celeste”, y conjuntamente con otro artista peruano llamado Valentino Sibadon, más conocido como Radio, concebí este proyecto de instalación, que aquí presento de nuevo, como un juego de misticismo cósmico e interacción con el Todo. La acción empezó en la vastedad telúrica del vacío, creando acumuladores de energía donde convergen múltiples manifestaciones. La primera instalación fue en el desierto de Nasca cerca del centro ceremonial de Cahuachi; la segunda fue en el distrito de Lurín, provincia de Lima, cerca del gran templo de Pachacamac.

En cuanto a la serie de máscaras, ésta fue realizada con la artesana Vicentina Espirilla, y coordinada por María Julia Sara Lafosse, en la ciudad de Arequipa al sur del Perú. Una vez más me inspiré en la idea de volar para crear los diseños. Utilizando el color amarillo, uno de los colores más empleados en mi paleta pictórica, como simbología al gran Dios Sol, recreé un danzante imaginario que invoca al tribalismo más ancestral.

Trabajé la máscara, patrimonio cultural del Perú, como representación mágico-religiosa para el desarrollo y permanencia de lo inmaterial, o sea de lo intangible. La máscara es un elemento primordial para condicionar el ambiente y las manifestaciones humanas que sobrepasan lo material, propiciando que se haga realidad esa magia de lo sobrenatural que se expresa y se siente durante el ritual, la danza o la ceremonia.

Abordando así diferentes disciplinas y técnicas, “ANTES, DESPUÉS, AHORA” trata de rendir tributo a la cultura y estética precolombina de Perú y los Andes: un reconocimiento a las ancestrales y primigenias culturas Andinas y Mesoamericanas desde una contemporaneidad artística. Mi idea es la de unir dos mundos para crear obras que hablen de la tradición y de lo contemporáneo, y en su núcleo la unión con el Cosmos. Una manera de revalidar a las culturas primigenias, desde el respeto y la admiración’.

Sixe Paredes

 
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